El tae kwon do es un arte marcial que para las personas que lo practican les trae consigo grandes satisfacciones, responsabilidades y un ejemplo ante la sociedad teniendo como fundamento honestidad y valor espiritual. Con el paso del tiempo se observan todo tipo de personas: honestas, bondadosas, leales, amables, con convicciones dentro y fuera del tae kwon do; sin embargo, en el estilo de vida actual se encuentra presente la natural ambición del ser humano por intereses personales, económicos o de poder, renunciando a su ética por “dinero” haciendo a un lado la filosofía y valor de este arte marcial ¡tan maravilloso!
En verdad es difícil aceptar que las cosas a veces no funcionan como deberían, es decir, como practicantes del tae kwon do estamos obligados a ser un ejemplo positivo hacia las demás personas, ¡lo cual a veces no sucede! ¿Cómo podríamos lograrlo? La respuesta es fácil, pero llevarla a cabo requiere de educación, constancia, disciplina, controlando nuestro temperamento, siendo leales, honestos, sencillos y poner el corazón en toda actividad que nos propongamos, es decir ¡lograr la sublimidad en todo lo que realicemos! sin importar los limites que se interpongan y comprender que el tae kwon do es un arte y como tal requiere la fuerza y a su vez sensibilidad del espíritu, creatividad y amor a lo que hacemos, desde lo más simple hasta lo más complejo.
Es decir, que al final de nuestro camino “sea corto, o sea largo” solo nos llevaremos una cosa, ¡la satisfacción de haber realizado nuestros sueños y metas! Comprendiendo que lo material es necesario pero, no indispensable para ser feliz, basta entregarse en toda actividad ¡Como si fuera él ultimo instante de tu vida! o mejor aun, ¡como si fuera la primera oportunidad de la vida, para comenzar a ser feliz!
Es necesario comprender que el tae kwon do es un deporte que requiere de disciplina, superación constante y no es nada fácil mantenerse en ella, para mejorar tenemos que aceptar que no somos perfectos y hacer a un lado nuestra soberbia, reconocer nuestras fallas y errores, aprender de ellas e intentar superarnos día con día, esforzándonos por ser mejores en todos los sentidos y ¡alcanzar nuestras metas!
“la filosofía del tae kwon do no es solo saber tirar patadas espectaculares, ni convertirnos en súper competidores, por que al ser una disciplina integral y formativa, también requiere de ser hombres y mujeres positivamente felices y ejemplares”, siendo consientes que nos hacen falta muchas cosas por hacer y mucho que aprender.
El tae kwon do interviene fomentando al practicante su continua superación en todos los aspectos de la vida, enfrentando los temores y miedos, pero, no tiene ningún sentido evitar los retos, ya que al hacerlo nos estaríamos engañando nosotros mismos. Queda claro que es muy importante evaluar los logros obtenidos como también los fracasos, adquiriendo de esta forma un nuevo punto de partida y avanzar paulatinamente, ¡pero con mas firmeza y viendo siempre hacia delante!
Con frecuencia a las personas les afectan demasiado las caídas o fracasos y les cuesta mucho trabajo levantarse, el tae kwon do involucra valores a la persona, armonía y equilibrio, evalúa y deja ver que la derrota no es algo denigrante si en la actividad que realizaste entregaste tu mayor esfuerzo. ¡Pero será realmente vergonzoso si se renuncia a los objetivos propios, sin mostrar el suficiente carácter para enfrentar las adversidades que se presenten en nuestro camino dentro y fuera del tae kwon do! Los problemas y las adversidades se presentan en todas las etapas de la vida, de modo que aquellos que no se atreven a enfrentar sus temores y miedos pasarían por esta existencia sin rumbo alguno, sin dejar nada, abandonando retos, ideales y sueños; convirtiéndose en personas mediocres, conformistas o como yo diría “personas que se encuentran muertas en vida”.
Queda claro que el tae kwon do se destaca como el arte marcial en la cual se desarrollan habilidades físicas, mentales y espirituales, donde también se manejan valores como respeto, nobleza, tolerancia, humildad, honradez, amabilidad, carácter, sensibilidad, también brinda seguridad personal y al mismo tiempo eleva la calidad de vida del practicante y es que esta al ser un arte marcial y requerir disciplina le trae consigo al alumno un sinfín de responsabilidades; conforme se va avanzando de grado estas responsabilidades aumentaran enormemente ya que te conviertes en el ejemplo de los que vienen detrás de ti, además de tener la obligación de protegerlos pero a su vez exigirles y predicando con el ejemplo constantemente, sin dejar de sentir orgullo por lo que realizamos.
Es cierto que conforme vamos comprendiendo al tae kwon do como tal, te das cuenta que en efecto no solo es una actividad para aprender a tirar patadas, sino un estilo de vida que estará presente en el practicante en todos los aspectos de su vida, logrando el equilibrio, la armonía consigo mismo y con los que lo rodean, por medio de “valores que se llevarán en el corazón hasta la muerte”.
En verdad es difícil aceptar que las cosas a veces no funcionan como deberían, es decir, como practicantes del tae kwon do estamos obligados a ser un ejemplo positivo hacia las demás personas, ¡lo cual a veces no sucede! ¿Cómo podríamos lograrlo? La respuesta es fácil, pero llevarla a cabo requiere de educación, constancia, disciplina, controlando nuestro temperamento, siendo leales, honestos, sencillos y poner el corazón en toda actividad que nos propongamos, es decir ¡lograr la sublimidad en todo lo que realicemos! sin importar los limites que se interpongan y comprender que el tae kwon do es un arte y como tal requiere la fuerza y a su vez sensibilidad del espíritu, creatividad y amor a lo que hacemos, desde lo más simple hasta lo más complejo.
Es decir, que al final de nuestro camino “sea corto, o sea largo” solo nos llevaremos una cosa, ¡la satisfacción de haber realizado nuestros sueños y metas! Comprendiendo que lo material es necesario pero, no indispensable para ser feliz, basta entregarse en toda actividad ¡Como si fuera él ultimo instante de tu vida! o mejor aun, ¡como si fuera la primera oportunidad de la vida, para comenzar a ser feliz!
Es necesario comprender que el tae kwon do es un deporte que requiere de disciplina, superación constante y no es nada fácil mantenerse en ella, para mejorar tenemos que aceptar que no somos perfectos y hacer a un lado nuestra soberbia, reconocer nuestras fallas y errores, aprender de ellas e intentar superarnos día con día, esforzándonos por ser mejores en todos los sentidos y ¡alcanzar nuestras metas!
“la filosofía del tae kwon do no es solo saber tirar patadas espectaculares, ni convertirnos en súper competidores, por que al ser una disciplina integral y formativa, también requiere de ser hombres y mujeres positivamente felices y ejemplares”, siendo consientes que nos hacen falta muchas cosas por hacer y mucho que aprender.
El tae kwon do interviene fomentando al practicante su continua superación en todos los aspectos de la vida, enfrentando los temores y miedos, pero, no tiene ningún sentido evitar los retos, ya que al hacerlo nos estaríamos engañando nosotros mismos. Queda claro que es muy importante evaluar los logros obtenidos como también los fracasos, adquiriendo de esta forma un nuevo punto de partida y avanzar paulatinamente, ¡pero con mas firmeza y viendo siempre hacia delante!
Con frecuencia a las personas les afectan demasiado las caídas o fracasos y les cuesta mucho trabajo levantarse, el tae kwon do involucra valores a la persona, armonía y equilibrio, evalúa y deja ver que la derrota no es algo denigrante si en la actividad que realizaste entregaste tu mayor esfuerzo. ¡Pero será realmente vergonzoso si se renuncia a los objetivos propios, sin mostrar el suficiente carácter para enfrentar las adversidades que se presenten en nuestro camino dentro y fuera del tae kwon do! Los problemas y las adversidades se presentan en todas las etapas de la vida, de modo que aquellos que no se atreven a enfrentar sus temores y miedos pasarían por esta existencia sin rumbo alguno, sin dejar nada, abandonando retos, ideales y sueños; convirtiéndose en personas mediocres, conformistas o como yo diría “personas que se encuentran muertas en vida”.
Queda claro que el tae kwon do se destaca como el arte marcial en la cual se desarrollan habilidades físicas, mentales y espirituales, donde también se manejan valores como respeto, nobleza, tolerancia, humildad, honradez, amabilidad, carácter, sensibilidad, también brinda seguridad personal y al mismo tiempo eleva la calidad de vida del practicante y es que esta al ser un arte marcial y requerir disciplina le trae consigo al alumno un sinfín de responsabilidades; conforme se va avanzando de grado estas responsabilidades aumentaran enormemente ya que te conviertes en el ejemplo de los que vienen detrás de ti, además de tener la obligación de protegerlos pero a su vez exigirles y predicando con el ejemplo constantemente, sin dejar de sentir orgullo por lo que realizamos.
Es cierto que conforme vamos comprendiendo al tae kwon do como tal, te das cuenta que en efecto no solo es una actividad para aprender a tirar patadas, sino un estilo de vida que estará presente en el practicante en todos los aspectos de su vida, logrando el equilibrio, la armonía consigo mismo y con los que lo rodean, por medio de “valores que se llevarán en el corazón hasta la muerte”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario